octubre 22, 2023

"Se venden zapatos de bebé nunca usados".

Pues resulta que el bebé era hijo de un hombre con gigantismo; lo que nadie sabía era que el verdadero padre era el amante.

Cuando nació Goliathcito pesó 12,300 kg, tenía barba cerrada, pelo en pecho y sabía decir:
"¡Tráeme unas cartablanquitas, jefa". Por lo que los dulces zapatitos de principito bello no le quedaron, pero se puso unas botas de maistro para comenzar a trabajar en la obra.
#truestory

10 minutos antes

¡Qué diferente se siente levantarse temprano!, no ir echando madres, ni renegando por gente lenta que maneja en carril equivocado, ni sacando bilis o exorcizando traumas pasados en corajes matutinos; sino más bien, desear el buen día a la gente lenta de buen corazón y buena voluntad, paz mundial, más amor en cada tacita de café compartida en el buen diálogo, ese que apuesta por otro mundo posible. 
¡Qué diferente se ve el mundo 10 minutos antes!

¡Renuncio!

¡Renuncio!

Renuncio a ser de carne y huesos. Renuncio a este cuerpo limitado que apenas respira.
Quiero ser un par de zapatos viejos de bajo perfil, que pertenecieron a la última estirpe de los Medici —quizá un pariente lejano que fue duque— y que en los cachivaches de uno de sus castillos en los acantilados de Eslovenia, allá por el sótano prohibido, lucen distantes.

Quiero sentir la mirada de nadie, el nulo paso del tiempo que abdicó de sus aposentos, la soledad de fuego de aquellos sirvientes que en el invierno van y desempolvan el entelarañado rincón de los zapatos, para así, de vez en cuando despertar a ese ilustre incendio de la mañana al correr la cortina, donde me recuerdo que existo, que soy un ser que habita en el silencio del sosiego.

De vez en cuando, cada medio siglo, quiero que algún pariente lejano me mire y no encuentre en mí ningún tesoro, me lance de nuevo al recinto cómodo de mi rincón y me deje en paz.

El grito fue dado

Bajo la luna,
las manos vivas,
en polvos diurnos
los pies caminan,
la fuerza que somos
toca los cielos,
embrujos viejos,
hoy son incendio.

El grito fue dado
en camposanto,
la rabia asoma,
la llama agita.

Ya te vi,
ya te vi,
hermana mía.

Sal, cúrcuma, vainilla,
hormigas negras,
dos gotas frías,
a fuego lento
a fuego lento
es la poesía.
 
Hermana mía,
hermosa mía,
ya te oí,
ya te oí,
en azoteas
en danzas
en el caldero,
en la ventana.

¡El grito fue dado,
hermana mía!

agosto 21, 2023

La mejor decisión

Aquella tarde sucedió, los mecanismos internos del reloj de arena de los tiempos daba la vuelta para hacer la pausa que cambiaría el rumbo de la historia humana. 

Barrabás le había contado a Judas que Jesús era un rebelde, un insurrecto que estaba preparando de manera clandestina un suicidio que daría lugar a reinados que durarían milenios, a tesoros que guardarían las Abadías en nombre de dioses ajenos a Baco o a Júpiter, también le contó que él acababa de tener un bebé y que estaba queriendo aprender un oficio para dejar de robar. 

Judas vendió a Jesús por 30 monedas de plata, y a Barrabás por 3, señal que Poncio Pilatos tomó como medida para la gravedad de cada fechoría, por lo que pensó lógicamente y decidió desamarrar a Jesús de esa cruz. 

En ese instante se escuchó un grito de júbilo, la tarde negra y húmeda se abrió como en señal de que era lo correcto, la gente lloraba intuitivamente porque en esa acción diez siglos de descendientes sobrevivirían.

Barrabás fue condenado como un insulso ladrón, y Jesús vivió su vida tranquila, a lado de María Magdalena, pusieron una panadería y pasó a la historia como el mejor hacedor de Conchas.

Frente a esa decisión, el reloj de arena pausado y un milenio de gritos de bruja cesó en una paz absoluta y reinante. 

El bien triunfó.

Olvidada en Marte

¡Oh, el azul del planeta azul!

¡Cuánto extraño tus tardes amarillas de domingo, que despedían el aroma suave que emana de la ropa que mi madre planchaba, y que pausaba toda la prisa, y que encapsulaba el invierno en una taza de atole con galletas María.

La sensación de ser piel, y sentir el abrazo de otro como yo, de mi especie, que sabe del sinsentido que le da sentido a la libertad de ser. 

El ruido de la guitarra que ensordece y que da luz a epifanías ruidosas. 

Dormir, soñar, descansar de ser humano y probar el néctar que nos espera de la dulce nada, paraíso de los incrédulos, como yo. 

Su olor, olor a bosque otoñal con aceites ambarinos.




Adicción

Armandina era adicta al drama, quería aderezar cada momento para que su vida no fuera inútil y vacía.

Su ávida mente había engullido a Sófocles, Esquilo y Eurípides, y en algún punto, dentro de su espíritu atribulado y catártico, se creía la heroína de una tragedia griega. Cuando caminaba por la alameda iba a paso lento, con su puño entreabierto esparcía lavandas de otoño sobre el sendero; luego daba vueltas, como danzando un vals decimonónico. Después, al bajar las escalinatas de los museos, colocaba su mano en la barandilla e iba paso a paso, escuchando los aplausos de gente inexistente, cual reina en un baile de salón.

También, aunque contaba con electricidad, se colocaba en el balcón de su casa con su candil y miraba la luna, le profería maldiciones por condenarla a esa vida sin salida, lloraba a todo pulmón porque la añoranza se había colado entre sus venas como extrañando siglos viejos. 

Pasaba sus tardes en los verdes camposantos, le llevaba flores a muertos de nadie y hablaba con ellos, les contaba lo insulso de estos tiempos para que durmieran su siesta eterna sin melancolía. 

Armandina, oh, pobre Armandina, de haber nacido en el medioevo, a la luz de las velas, a la sombra de la luna, habría sido todo lo que necesitaba.


agosto 11, 2023

Aquella boca

En aquella boca se encontraba una selva fresca, llena de cascadas que hacían puente y se colaban en mi entraña. 

En aquella boca carnosa que se antojaba morder y perderse en ella, y me perdía. 

En aquellos labios había caminos sin retorno hacia mí misma y la sensación de ser piel, carne, sangre que corre en maremotos.

Mensajes para mí

Miri, anda, tú puedes, no postergues, entiende que eres más que un cuerpo, recuerda todo lo que has imaginado y ese poder inconmensurable de buscar la belleza. No claudiques, en esta y en todas las vidas por venir, la magia acontecerá.

Miri, puedes dormir todo lo que quieras, y te hundirás lentamente en el hoyo profundo de la procrastinación, ese que te lleva a bloquearte, a sentirte nula por no lograr el día a día. ¡Anda, duerme, piérdete de esta vida, insulsillo ser de la noche!

Lucho Gatica

¡Qué ganas de estar escuchando a Lucho Gatica en 1946 en un bar de malísima muerte donde sirven aceitunas para acompañar mi trago!

Y tener el corazón roto, y traer un vestidaxo de lentejuela, guantes, perfume escandaloso Chanel, y vea el amanecer para irme a mi casa que es un cuartucho de vecindad.

¿Por qué? No sé, solo tuve ganas.

Así se hace: disfrutar la música.

Antes de la pandemia no conocía el sentimiento de vomitar pedacitos de mi alma. Quería expresarme cantando, y mi almita descansaba de sus tribulaciones y mortificaciones; pero cuando, durante el encierro, conocí qué es acompañar con música a mi canto, entendí cuál era mi sanación.
 
No le sé mucho a la guitarra; no obstante, lo que he aprendido me corresponde, me salva.

¡Oh fortuna que se atraviesa en mi camino en forma de ruido!

Algo por decir: café-tierra

 ¿No les da la impresión de que el café es tierra y que se están haciendo un té de tierra?, entonces ¿a veces no se les antoja comer tierra?

A mí a veces.
Añado, en ocasiones quisiera poner la tierra de las macetas en un topper, así, fresca, rebosante, y añadirle unas gotas de vinagre, también sal, y mycrodin, y ahora sí hacerme unos tacos.

Cancelado

Los mocos, la popó humana en forma de nieve, que la vida se tenga que acabar, el hígado encebollado, los tacos de tripa, “el chemo”, las cortaditas con hojas de papel, el merthiolate, las arañas en cualquier presentación, la humillación, la palabra “tepalcates”, la palabra “patas”, el rábano, el reggaetón simple, el gis y pizarrón verde, el holocausto, la quema de brujas, el color rojo, la religión (cualquiera), que mi padre se haya muerto así, que Maxito se haya quitado la vida, la gente que secuestra, la basura en el mar, los pederastas, la educación de princesas, el pozole, el menudo, el dedo chiquito del pie y los muebles afilados, o los dedos de los pies porque me recuerda que vengo del chango (que nuestros pies fueran como los de los patos), los directivos, los presidentes.








Cicatriz

Siempre he sido muy niña, toda la vida imaginando, buscando los resquicios rosas de los oscuros mundos. Era tan niña que crecí lento, y en el ocaso de esa niñez, un suceso le hizo una cicatriz a mi niña interior: mi padre murió. 

Con él yo jugaba, aprendía literatura, hablaba de las melomanías del rock & roll, apostaba en el conquián, iba a la playa, y nuestros espíritus eran muy gemelos. Se murió y con él se quedó una cicatriz que, extrañamente, de ella emanan supuraciones coloridas. He podido comprobar que si la música me ha salvado, ha sido porque en lontananza, se sigue escuchando ese escándalo musical que mi padre mantenía en mi hogar, y también de esa herida a flor de piel todavía, siguen emanando letras que me comunican con mi padre, en los sueños, en mundos paralelos. 

Todavía de esa cicatriz brota su abrazo y de vez en cuando recurro a él para rescatar a esa niña que a veces quiere morir.

Mi alma es una cajita que...

Mi alma es una cajita que guarda ilusiones antiguas, como encontrar a alguien que me mire a los ojos y sepa en ese instante quién soy. 

En mi alma hay tlacoyos de frijoles, tacos de huitlacoche, agua de cebada bien fría, también de sandía pero con hielos, en mi alma está mi madre y su carcajada bonita, está la playa de noche con un seven eleven en la esquina, está una galaxia muy colorida. En mi alma hay muchas bolitas de imaginación, que al reventarlas, huelen bonito y lanzan rayos de colores con brillitos. 

En mi alma también hay celos y oscuridades, celos porque jamás seré Nefertiti, ni veré de cerca la luna, tampoco sabré qué se siente estar enterrada en la visitada tumba de Tutankamón, ni sabré qué es ser la diosa Coyolxhauqui, ni conoceré jamás lo que hay en los cajones de las abuelitas, ni sus recetas sabrosas de pozole o mole. No sabré los colores del primer día del mundo, ni cómo se siente respirar aquel amanecer, tampoco podré ver la hecatombe. Ni sabré qué se siente tener antenitas como las señoras cucarachas.

Por lo pronto agradezco lo que hay en mi alma-cajita. 

Soy la bacteria de una estrella

Soy la bacteria de una estrella que el viento se llevó y que viajó entre galaxias, depositada en flores de otros mundos, soy la metamorfosis de un ser que sabe de la muerte, y no llora porque se le va la poca agua que guarda, y porque sabe que nacer, morir, transformarse, es parte de la metamorfosis, sabe que estar viva es ver, respirar, moverse, oler, morir, nacer. 

Bacteria que se sabe número, que se sabe arjé y apeiron, que se sabe fuego, viento, agua, tierra, porque en su pequeñez, es parte de la sustancia eterna.  

agosto 03, 2023

Soliloquio en el Everest

Respiro, el canto de los pájaros en un eco distante, me acompaña. Estoy sola, la gélida voz de la tarde me susurra al oído. A cada paso mis pies honran el camino de los muertos. Cierro los ojos, mi alma descansa en este saco de huesos y sangre que soy. Abro los ojos, mi cuerpo descansa en ese abismo insondable que soy. 

En una complicidad cósmica el incendio de la vía láctea me acaricia quedito. 

Pienso en el recorrido, en las horas de esfuerzo en que caía, y en las horas de triunfo en que me sentía tan pequeña.

Respiro, respiro, respiro, y el aire es agua en mis pulmones, entonces soy un pez, soy una estrella de mar, soy la brisa que acompaña la alegre mañana de domingo, soy el canto del viento, soy mortal y he llegado.


Existencialismo de tarde

Soy un ave que vuela sin rumbo,
que contra el viento planea en las noches,
soy un ave perdida entre el cielo
y el inframundo.

No comprendo el racimo de ayeres,
que sutil se ha posado en mi pecho,
son veinte años que ahora son polvo,
un retrato amarillo, un suspiro.

Lunas menguantes, lunas crecientes,
que en mi rostro arrugado se sienten,
soy arena en abandono,
ola que eclosiona y muere.

Soy fantasma que pisó la tierra,
fuego fatuo en camposanto,
eco de risa de nadie,
grito sordo de bruja olvidada.

La locura acontece,
el suspiro no alcanza,
y la soledad gana,

Soy sombra de cementerios 
carcomidos 
por tumbas de otros siglos,
siglos sin nombre,
eco perdido del polvo que fui.

Su cuerpo

Su cuerpo emite un calor radioactivo,
sus piernas se deslizan en los parajes de mis muslos,
sus brazos de incendio derriten el escudo de mi piel,
su voz de guerrero de otro siglo
susurra pasiones al oído,
y su piel,
¡oh, su piel!,
de olor a canela quemada
y a noche de pinos,
que me envuelve como manto colorido.

Su boca de mañana de rocío,
es un río revuelto entre mis labios,
su perfil de vikingo en carabela,
que contemplo llorando,
su cabello de legionario imperial
noche de bosque entre mis manos.



Lo importante

Nada es para siempre, lo importante es amar, atreverte a sondear en los confines del espíritu, sin miedo a caer, porque ya te has caído otras veces, ¡y qué tiene!, ¿o no te has podido levantar?, ¡anda!, !no le tengas miedo a la vida y sumérgete en el abrazo, en el beso que besa los ojos, en la mano que toca la entraña, en la confianza que te permite mirar al abismo, en la palabra que rompe los límites y se atreve a pronuciarse en el amor.

Después de la muerte

Si después de la muerte mi letargo se desvanece y la memoria de mi vida aún perdura, volvería a aquella tarde de 2001, en la que mi padre con un cáncer terminal me preguntó si quería jugar baraja con él, y le diría mil veces que sí, beberíamos ponche de café y sería una larga noche de risas y apuestas tontas para ver quién es el mejor. Entonces, aquella noche rebozaría en mis recuerdos como una flor de nomeolvides, tan azul como él era. 

Despedirme

Es muy mía la muerte.

Desde hace años estoy consciente de mi finitud y procuro vivir despidiéndome. Tan es mía la muerte que todos mis últimos cumpleaños han sido divertidos velorios en los que bailo, canto, como y honro la sangre que todavía corre por mis venas.

Nacer para morir.
Morir para vivir.
Vivir para nacer.

Combatiendo clichés: "Las estrellas de tus ojos me deslumbran"

No sé qué pantanos de selvas aún no mancilladas por la mano humana sedienta de oro y elíxires infinitos, se asoman cuando me miras. Y, al verte, me hundo como en un vórtice al abismo pacífico de un sueño.

febrero 21, 2023

Ave que canta en acantilado

 Ser dueña de mí. 

Toda mi infancia fue amarilla

Toda mi infancia fue amarilla, el iris de mis ojos se derramaba de sol y los cantos de las rojas catarinas me cantaban al oído. 

Recuerdo a mi abuelo y se me llenaba al enunciar tan ilustre palabra.

Tuve mucho abuelo, puedo decir que aunque él ya se haya ido, su eco sigue presente en lo amarillo de mis días. 

noviembre 19, 2022

Cartita al futuro

Estimadxs congéneres del 5,201. 

Un nuevo siglo comienza para ustedes, seguro pensarán que qué anticuado usar lenguaje y papel para mandar una carta. ¿Será que saben cómo interpretar mi lenguaje, o nos consideran como los bárbaros fenicios?, creo que nuestra tecnología y saber es un poco más avanzado. Bueno, solo quiero decirles que sí, estoy bien consciente de que me tocó una época de Vikingos, sí tenemos tecnologías pero las usamos como su fuéramos changos sin ninguna cultura. Sepan que lo que yo les recomiendo es que vuelvan a las formas medievales, a vivir en pueblitos, donde haya zapateros, costureras, y que se la pasen leyendo a la luz de las velas, que amanezcan con el sol y duerman al oscurecer. Que usen herbolaria para curarse y vivan una vida corta.

Monólogo de Maléfica

¡Ay no, ahí viene de nuevo esa niña tonta!, parece que tiene el cerebro de un espantapájaros que se dedica a nada, ¿no tiene expectativas de la vida?, ¿no se le antoja viajar, romper ventanas con piedras e irse corriendo?, ¿pedir raite hasta llegar a Andalucía?, ¿equivocarse, sentirse en peligro, aprender a defenderse, provocar peleas en cantinas, robar comida en los mercados, escupir a la policía y ser arrestada por ofender a la autoridad?

Creo que es mi deber biencriar a la dulce Belladurmiente, es demasiado huevona y necesito que se active, a mí se me hace que su psicólogo le ha de estar recetando Clonazepam, por eso me la tienen tan apendejada. Es mi deber como la bruja de este cuento, la voy a educar para que se largue de esta narración y pueda ser feliz verdaderamente, ¿cómo?, pues pasando hambre, frío, peligro, durmiendo incómoda, haciendo el ridículo en una borrachera, trabajando en un McDonald, vistiendo ropa de paca, siendo lo menos bella ni durmiente posible. Ahora le apodaré la FeaViviente, para que se ponga pilas, al tiro, para que sea más chola y su barrio la respalde, que destaque por un final no feliz, pero aventurero.

A ver mijita, primer paso: vamos a comprarte unos lentes oscuros y enseñarte a maldecir. Ven paca, vamos a raparte, el cabello no hace a la dama. 

Atentamente: Maléfica

Doble en el espejo

Era de noche, el espejo de pared a pared de mi sala me hacía voltear cada que pasaba por ahí cuando apagaba la luz para ir a dormir. Era de ley, o volteaba o volteaba, siempre en un instinto que no podía detener, y aunque mi cabeza girara, al estar en directo con la imagen de mí, mejor cerraba los ojos por respeto al espejo, por respeto a aquellas leyendas en que una imagen perturbadora de ti misma podría aparecer. 

Aquella noche habían venido mis amigos a cenar, yo me sentía confiada y feliz, como con la certeza de que todo estaría bien, que incluso yo era feliz, que la vida que me había tocado era una buena vida. Mis amigos se fueron y me dispuse a apagar la luz de la sala para volver a pasar por el gran espejo, pero esta vez quise enfrentar mis miedos y volteé, con la poca luz que entraba de la calle, me miré a los ojos y una siniestra sonrisa que yo no estaba emitiendo se dirigió hacia mí y escuché: "¡Por fin nos encontramos, perra maldita, ya me toca vivir tu vida, ¿qué no has escuchado que si miras a los ojos a tu doble del espejo por más de 5 segundos hacen switch", y entonces heme aquí, atrapada en el espejo hasta que mi doble se apiada de mí y me mire.

Confesiones al del McDonalds

—Buenas tardes, bienvenido a McDonalds, ¿qué va a ordenar?

-¿Me da una malteada de pepino con chayote que tenga chispas de nopal con baba y espuma de caldo de res congelado?

—¿Gusta endulzante de grasa de cerdo?, ¿o de nectarina caliente?

—De cerdo, por favor, ya ve usted que el clima requiere de energía, no he podido con el dolor de mis huesos y ciática este invierno, ya me he puesto de todo, pomada de la campana, mariguanol, pomada del dolor del caballo, y nada, que no me alivia, ya la vejez, verá usted, hace muchos años yo era otra, siempre con energías rebozantes, de mochilazo por todo América del Sur, recuerdo que hice la ruta del Ché, y llegué hasta la Patagonia, ¿conoce usted la Patagonia?, bueno, pues frío del inframundo, es más, frío del Tártaro griego, pero bueno, pobre Perséfone, tener que soportar al maldito Hades.

Pero bueno, seguro usted leyó la Teogonía de Hesíodo, ¿verdad?, en efecto, es un maravilloso libro del siglo VIII a. C., ¡ah, qué maravilla de chismes!, yo no sé qué se metían estos helenos, ¿será que habrían probado su malteada de chayote?

—Aquí tiene, son doscientas rupias, joven. 

Glitch (tele para monstruos)

Hoy el cielo amaneció algo nublado, por lo que me acosté en mi silla de playa y muy atento contemplaba las nubes con admiración. De repente, comencé a sentir un escalofrío como si de un cambio de clima se tratara. En el cielo se dibujaba como una especie de estática, sí, como de esas que vimos en las teles de antes, con todo y ruidito. Entonces una serie de imágenes extrañas aparecieron de aquel lado. Un ser informe que tenía diez ojos se acercó al cielo y comenzó a maldecir en un idioma desconocido, pero de la nada aparecieron subtítulos en el cielo, decían lo siguiente: "pinchi tele, me fallas justo cuando viene lo bueno, ya Trump va a detonar la bomba, agarra, maldita sea, si hemos estado esperando este final desde hace siglos". 

Después, se escuchó un golpe como cuando nosotros golpeábamos la tele cuando no servía. Luego, el ruido más aterrador aconteció, el ruido de sirenas de ataque de bombas, no me quedó más que darle un buen final a los aliens, me metí a las oficinas del área 51, sorbí de mi limonada de fresa y presioné el botón tranquilamente. Lo que los aliens no sabían era que esta bomba atómica alcanzaba para toda la vía láctea. ¡Malditos perros!, ¡¿querían acción?!, aquí tienen. 


Y entonces, un vacío oscuro y espacioso quedó en aquel rinconcito del universo llamado vía láctea.  

noviembre 16, 2022

Frente al luto de ti

Un olor a cigarro terrible, la asfixia de un departamento sofocado con tu perfume de sauce añejado, notas de vodka de una noche vieja de carretera a Cuernavaca, de llantas ponchadas, de carteras perdidas, de milagros acontecidos, de gélido viento pero de infierno entre tus brazos.
Hace veinte siglos.

Noche de ráfaga de lugar ameno de la vida que se instaló con desesperación en la memoria y daba gritos de auxilio cada que la autonomía de mi ser se diluía ante tu rostro hundiéndose en la constante arena movediza.

Después, un quejido seco y el vacío frente al luto de ti.

La guerra acontece, ¡oh, la guerra!, y el ojo que todo lo ve viaja de polizón para ver lo que no se debe ver. "¡Porque es urgente no olvidar!". El imperativo ético de no olvidar, me decías con ojos que brillan y voz queda, con ojos de un dios encarnado.

Entonces, el asqueroso y dulce cigarro, el amargo del alcohol envejecido por la bohemia solitaria sigue en la punta de la nariz de mis entrañas, como un elixir.

noviembre 12, 2022

Payasos toman la ciudad

Y ahí van, comandados por Gordito-Odilón, el payaso más redondo y de pancita perfecta que verás. Todos haciendo piruetas, cantando las marchas triunfales en versión payaso, los monociclos abundan, las fuentes han sido llenadas con jabón burbujeante, las paredes grafiteadas con frases como: "¡Hola, crayola!", "¡Sé feliz, como lombriz!". Lxs niñxs observan el desfile y sonríen ante las cantidades industriales de dulces que les son regalados dado el saqueo previo de las dulcerías. Los que son fans de los payasos salieron a la calle disfrazados y en apoyo sostienen un globito. Gordito-Odilón exige que caiga el presidente de la república y que esta nueva era de payasos sea la que sostenga el nuevo gobierno.

AMLO y todo su ejército, el Chapo y todo su narco no pueden de tanta risa, caen rendidos ante tanta simplada, los chistes les han desbaratado el estómago.

Gordito-Odilón es el flamante dictador de Payasotopia.  

Monólogo de unos ojos flotantes en el universo previo al Big Bang

Squish, squash, ping pong, tiki tiki, toc, toc, ahhh, dos, doce, trece, cuac cuac.

La montaña nevada (y la montaña apareció), el iris verde de un felino veloz semejante a un dios (y un miaw estruendoso acaparó el vacío del universo)...

...continuará.

Entrevista al villano

No sé ni siquiera cómo acercarme a usted, si es prudente darle los "buenos días", no puedo percibirlo más que como a un monstruo, pero no un monstruo de la naturaleza, sino un monstruo humano, con consciencia, que es lo peor.

¿Qué es lo que usted considera su peor pesadilla?, ¿cómo describiría el miedo que les hace sentir a sus víctimas?, ¿en el momento de su fechoría, jamás pensó en su madre, en un pajarito, en una mariposa o en todo aquello por lo que vale la pena ser bueno?, cuando cae el día, después del horror atormentado de la eterna madrugada en la que el dolor y el terror vándalo del inframundo aconteció en su hogar, ¿cómo recibe usted la divina luz del sol?, ¿de qué modo anda por la vida cotidiana saludando al portero, diciendo buenos días a la vecina?, ¿no le hace un choque eléctrico en su química cerebral?, ¿cómo se vive la paradoja infernal de asesinar a un ser inocente y, a la vez, darle un abrazo al padre y decirle que le ama?

No lo entiendo, Dahmer, cualquier respuesta me resulta ruido de estática.

Novelita de terror de niño creepy

Por fin lo logré, penetré tanto en la imaginación de mi lectora, que está soñando con mi mundo, la iré a despertar para que se quede de este lado. 

-¿Qué?, ¿dónde estoy?, ¿de quién es este cuarto?, ¿qué es esa música siniestra de circo?, ¡nooo!, ¡de seguro es una pesadilla!

-¡Hola, lectora!, ¿de verdad crees que escaparás de mi mundo?, por algo te encanta leerme, te fascina el horror que te produce mi historia, mi condición de ser un niño sin brazos ni piernas como fenómeno de un circo. 
-¡No, pero solo me gusta leer, no vivirlo!
-¡Pues te quedarás aquí por siempre!

El pequeño fenómeno le chifla una tonada de circo a la mujer barbuda, al payaso y a los enanos, y todos llegan con una motosierra y los instrumentos necesarios para llevar a cabo su plan. Laura se despierta como sedada, sin saber en dónde está, ve a su alrededor y todo es blanco, no siente la mitad de su cuerpo, está en el hospital, piensa que quizá volvió a caer en uno de sus estados de esquizofrenia. La enfermera se acerca, de entre su cubrebocas sale una maraña de pelos.

La verdad sin filtros

Te voy a decir algo, escuela, no tiene sentido el uniforme, si en el mundo real cada quien se viste como quiere. ¿Y las faldas en las niñas?, ¿para qué?, ¿para que se incomoden, no puedan correr, caminen con desconfianza, estén siempre a la espera de que el viento les levante la falda o en un accidente se sientan expuestas en su intimidad?, ¡qué reglas tan tontas, escuelita chafa!

Y aquí otro tema, ¿que las y los niños no pueden pintarse el cabello o maquillarse?, van a crecer y de todos modos lo harán, sus virginales cabellos puros no serán así por siempre, no se puede preservar la niñez por toda la vida. ¡Basta de ser una sociedad adultocéntrica!, las opiniones de las infancias sobre cómo ser educados si deben de contar, porque son ellas y ellos quienes están viviendo su propia generación y todo lo que pasa, los cambios en las tecnologías, las distintas formas de aprender.

¡Basta de jerarquías!, si hay un comité de dirección, también debería de haber un comité infantil que influya en las decisiones, y sean tomadas en cuenta. 


octubre 27, 2022

Things found in walls

Aquella casa era la única en pie desde el incidente. La gente alrededor del pueblo decidió callar, la calamidad que sucedió en esos años era impronunciable, una vergüenza latente que les recordaba lo ruin que podemos ser los humanos si nos lo proponemos.

La casa estaba tal cual quedó aquella noche tempestuosa de 1963, por fuera había un aura que invitaba a que ni te acercaras, aunque las puertas siempre permanecían abiertas, como expectantes de su nueva víctima.

Un pájaro entró a través de las ventanas quebradas por cronos, recorría toda la casa, a veces hacía su nido en el baño, a veces en la habitación principal. Un día, habiendo recorrido todos los recovecos decidió bajar al sótano, y a llegar, un olor fétido fue inducido hasta su cien, el pájaro azul abrió los ojos por última vez, como queriendo no volver a abrirlos jamás, y así fue, cayó al instante ante tal agravio, su corazón se quebró y su cadavercito seco yace en entre las grises paredes que guardan la perversión del entelarañado corazón humano.

Un vampiro moderno

Rommel se levantaba todas las noches y se vestía con sus trajes almidonados y planchados con su debida raya, además seguía usando esos olanes pasados de moda. La señora de la tintorería se burlaba en secreto de sus gustos de ropa de paca del siglo XIX, no se imaginaba que eran trajes heredados de sus bisabuelo el Conde Drácula. 

Este jovenazo se fue a vivir a Bali, estaba cansado de lo frío de los muros de Transilvania, quería vivir el sueño de ser un joven modelo de las pasarelas de Alexander McQueen, y así lo hizo. Su ropaje entretenido y amarillento fue inspiración para la colección otoño de este gran modista. 

Ahora el mundo parecía un capítulo de Drácula de Bram Stocker..

La muñeca y la niña

La muñeca tenía el podercito de guiñarte el ojo cada que le llamabas por su nombre.

-Rosy - le decía la pequeñita, y Rosy le cerraba un ojito en modo coqueto.
-Rosy - jugaba la infanta, y Rosy deslizaba la pestaña en señal de juego.
-¡Rosy, Rosy, Rosy, Rosy, Rosy, Rosyyy! -decía la pequeñuela en modo insistente y enfadoso, y Rosy abría y cerraba los ojos con el entrecejo fruncido y los ojos sangrantes.

La asfixia

Abro los ojos, sé que estoy muerto, en ese lapso de conciencia que no se separa del cuerpo. Un sonido recalcitrante de viento gélido atraviesa mi tímpano, las gotas de lluvia tintinean en mi cámara mortuoria recordándome que estoy sola.

Todo es negro, esta caja sinsentido asfixia el recuerdo de lo que fui: los viajes, el paracaídas, nadar en el Mar de Plata, gritar en Six Flags. 

¡Todo es limitante!, monólogo interior de hablar con nadie.

No sé si ha pasado un segundo o un siglo o si así será mi eternidad. 

¿Cómo es posible?, mi vida fue una fiesta, ruido, cascabeles, decibeles, gritos, run runs, acelerar, volar.... y ahora, y ahora, ¿cómo accedo a la nada?, el verdadero paraíso.

¡Nooo!, un gusano me hace cosquillas, quién se cree, ¿por qué me come?, ¡hereje!, ¡hijo de Satán!, ¡ojalá reencarne en larva, ¡oh, no, fue larva!, ojalá reencarne en humano y sienta lo que es ser comido por uno de los de su calaña, ¡ojalá nvolucione en el Samsara!


octubre 24, 2022

De mi ateísmo siempre presente

Dios no puede ser malvado, si dios es omnipotente, omnisciente y omnipresente, entonces ha nacido en la poesía, ha brotado desde adentro de una flor, ha mirado a los ojos a un niño inocente que nace y es lanzado a la deriva; argumento que la monstruosa idea del infierno no pudo haber nacido de un dios que ya conoció lo más puro que él mismo creó. 

octubre 20, 2022

Monólogo interior de bebé que sostiene queja

De nuevo papilla, ¡ay no!, en este mundo no tienen idea de la comida gourmet!, ¡necesito comer tierra o mocos por lo menos!, ¿qué no saben que vengo de un planeta oscuro y acuoso donde todo era baba por aquí y por allá?, ¡bien podría vivir entre pulpos y camuflajearme!

¡Y luego qué se creen!, me hablan como si fuera yo un idiota, no saben que soy la reencarnación de Niezsche, y que en mi memoria está la alta cultura del dulce Wagner, o del duque De La Rochefoucauld y otros ilustrados...

¡Oh, por dios!, ¡qué es eso de a-gugu,ta... ¡trágame tierra!, para estas ridiculeces ni en la segunda república española, ¡qué mal gusto de mundo!, saben qué, ¿dónde compro mi boleto de regreso?
  

T-rex trajeado era un filósofo

Aquella tarde el t-rex salía de su cueva a estirarse, le dolía un poco la espina dorsal, a veces soñaba con andar erguido, nada más, porque lo imaginaba, no es que tuviera referente.

Pero un día el dino andaba dando su paseo matinal después de beber su consagrada taza de té de tila para calmar los nervios -porque en la tele había visto las noticias fatalistas de que se acercaba el fin de la era-. Entonces dino paseaba, ese día se puso su traje más elegante, pensaba que qué más daba ensuciarlo en los sucios lodos de la cochina era mesozoica, pues en algún punto de su vida debía ser más atrevido, más valiente, más turbio, y usar sus trajes finos. 

Bueno, disculpe usted, soy el narrador, pero me desvío con la más mínima mosca, en este caso, me distrae la Jurassipanorma Impuctata, que no deja de zumbarme en el oído, ¡ay!, ¡ups!, ¡si no tengo oído!, soy el narrador, jeje, les digo, de repente soy medio informal, es que a estas alturas de la narrada ya uno se cansa, como que quisiera relajarse más y ser más yo, ok, regreso con el dino. 

Aquella tarde sucedió que dino iba muy trajeado, "ahí va el muy muy", le decía la bandada de cholos de los pterodáctilos, y el dino se topó con una criatura extraña, larguirucha, nunca antes vista por aquellos jardines exuberantes. El larguirucho se asustó, corrió y corrió desconociendo las finas formas educadas de dino, no sabía que se había preparado con Sócrates, que Hipathia le había enseñado que la tierra giraba en torno al sol, que al ver el ejemplo de Diógenes, decidió ser el dino más refinado y fifí de la comarca. 

Total, el humano se cansó y el dino le comenzó a hablar de su experiencia con los presocráticos y su conocimiento del arché. El larguirucho se quedó sorprendido y decidió quedarse en aquella era y destruir la máquina del tiempo. Y juntos, dino y larguirucho, tomaban largas caminatas de sapiencia profunda, compartían los saberes más curiosos. Eran ataráxicos.

Ay, bueno, me voy a dormir, yo también duermo. 

octubre 18, 2022

La ciudad (contigo)

Mole de piedra que me late en el pecho,
caminos nuevos que otrora recorrí,
plaza de luna donde fui juzgada,
mi pie es a la piedra 
como mi suspiro al frío.

Me detengo, estás conmigo.

Callejón sepia que me late al centro,
un pandero revienta en nostalgias sepultadas,
laberintos de subida y de bajada,
me he soltado del ovillo de Ariadna,
me he perdido entre los vientos de enero,
y un silbido me recorre y me acompaña.

Caminatas,
pie al alba,
de la Olla,
y en el centro Asterión,
y era el mundo, Asterión,
nuestro mundo.

Entonces vamos lento,
a tiempo y a destiempo,
entre rostros amarillos y polvosos,
¡oh, el fuego de mi abuelo!
tu abuelo, 
el incendio que era,
que éramos, 
que somos,
sus palabras,
palabras saltimbanquis
que trepan sobre mí, 
que cruzan a muerte la cuerda,
y se lanzan en acrobacias viscerales
recordándome quien fui.

Ciudad mía, 
ciudad nuestra,
reina de la plaza, 
mia piazza, mia piazza,
San Fernando,
el azul en el dintel 
sabe a pasión posible,
de besos descalzos
que te caminaron
una tarde amarilla 
de hace cientos de años.

Y estamos juntas,
frente a esa luna,
tu guitarra, mi canto.

octubre 16, 2022

Otra vez ¿quién soy?

¿Quién soy?, ¿es este pedazo de carne un yo?, ¿soy cada una de las letras de mi nombre?, ¿el color de mi alma es amarillo?, ¿es mi adentro mi refugio personal o es la cárcel de mis pasos?

No sabré quién soy, pero sí qué quiero ser. Quiero ser el petricor que perfume las mañanas, el halo de la luna que pinta de perla los senderos del bosque, la mano de la diosa que da vida a las naranjas, el corazón de un hombre arrepentido, el último grito de rebeldía de una bruja no arrepentida en la hoguera.

Llave

¿Somos libres o no lo somos?, ¿cuáles son las llaves que me aprisionan?, ¿cuáles son las que desbloquean mis destinos?, llave que sabe de mis miedos, ¡venid y abrid las puertas en las que no he entrado! antes de que sea solo mi fonema en recuerdo el que sea pronunciado, antes de que sea ceniza que nada libre en el Mar de Cortés. 

Oráculo de Delfos

1. Nace y muere cada día.

2. Tú eres la atmósfera.

3. Levántate, bebe café y vive.

4. Domestica tu sufrimiento.

5. Canta un poco cada día.

6. Reconcíliate con el gusano.

7. Destaca tu belleza.

8. Baila como el fuego.

9. Lee y serás libre de esa cárcel del cuerpo.

10. Come chocolate otra vez.

4 de enero de 1612

Amada Juana de Asbaje,

Le escribo esta epístola con la esperanza de que llegue a sus manos, con la aferrada fe en que este es el último puente que edifico entre nosotras, y que tal vez cuando me lea sean solo ecos de una muerta; así es, de una bruja acusada de follar con el diablo.

No gané la batalla, mi bella, hoy a las 7 voy a la hoguera, pero sepa que desde lo más oscuro de un abismo cualquiera, en donde habrán enviado mis cenizas, he de enviarle mi pasión y consuelo.

Y sí, reclúyase en las frías paredes y pasillos de un convento, lea, escriba poesía y deje constancia de que una mujer también piensa, que nuestras nietas sepan que en nosotras corrieron ríos de sangre para que ellas sean libres y vivan vidas dignas de ser vividas.

Le amaré con locura hasta en la eternidad.

Siempre suya, 

Leonora Cienfuegos.

¡Ay, Judas, Judas!

Aquella tarde fue decisiva.

Sentados en una grada de la plaza pública de Jerusalén, el estruendoso sonido de asquerosas monedas tintineó y dejó marcada para siempre la futura historia de terror en donde la humanidad caería como en un vórtice de ruina.

Jesús había sido vendido, ese día nació la Santa Inquisición y un grito sordo de cientos de brujas quemadas se escuchó como un cercano eco.